y en este sentido puede ser motivado.
Sonidos del ambiente
El ámbito de la experiencia musical del niño radica, en primer término, en el lenguaje y en el cuadro que le rodea. Poco a poco va siendo consciente de los sonidos que le envuelven. Debe aprender a escuchar y elaborar gran cantidad de sensaciones acústicas, a menudo confusas. El oído y los demás órganos sensoriales deben sensibilizarse paulatinamente. Como quiera que percibe las sensaciones mediante sus órganos sensoriales, cabe plantearse la pregunta de cómo se producen estos sonidos y cuál es su origen.
Experimentos acústicos con diversos materiales
La madera, materiales artificiales, el cristal, el metal, el aire o el agua, poseen una capacidad específica de sonido y unas propiedades que hay que investigar y experimentar. El niño las va ordenando en su inventario particular de experiencias, Combinándolas, amplía el niños su capacidad de observación y aprendizaje. De este mudo, la casa y el ambiente que ve constituyen un estímulo para investigar y ensayar posibilidades musicales.
SUGERENCIAS DIDÁCTICAS
Para niños a partir de 2 años
Los niños en esta edad escuchan de forma muy intensa. Al mismo tiempo no es demasiado difícil mantenerlos en silencio. Corresponde al profesor determinar cuánto tiempo debe durar la atención y la tensión mientras él mantiene el dedo en la boca con actitud expectante.
Generalmente el niño se lanza de forma espontánea hacia una fuente de sonido o de ruido. Igualmente, espera atento a que algo deje de sonar o acecha cautivado a la siguiente sensación acústica.
Imitar
La imitación es una capacidad elemental en esta edad. Lo que importa no es que el niño imite inmediata y correctamente una cosa y que la reproduzca. Lo importante es su espontánea disposición a recoger y probar solo. Traducirá a su lenguaje los ruidos y sucesos diarios.
Desarrollo del lenguaje
El lenguaje puede servir como material de juegos. Sílabas, vocales, consonantes, se agrupan de modo repetido y variado. Así descubre el niño nuevas posibilidades de expresión.
Los ruidos, grabados en la cinta, pueden ser objeto de audición, adivinación o imitación. Amplificados por el micrófono, los ruidos se hacen más claros y asequibles. Al mismo tiempo se elimina la mezcla con otros ruidos del contorno acústico, de modo que realmente se perciben con gran claridad.
Juegos y movimientos libres
Si el niño ha encontrado un ruido que es especialmente indicado para jugar, el profesor debe hacer que dure lo más posible. El niño se entregará con todo su ser. Voz y cuerpo tendrán participación activa. Por ejemplo: el ruido del tranvía, de los colores, del viento, de las gotas de lluvia, de diferentes animales, o actividades tales como serrar o golpear. (los ruidos del ambiente estimulan al niño para realizar juegos de movimiento y de roles en los que se incorporan el lenguaje y la voz llenos de fantasía).
Movimiento de las manos y los dedos
Al jugar con objetos sencillos el niño hace que su cuerpo participe.
Se alegra cuando descubre que sus dedos expresan lo mismo que su voz.
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